Este sería el tercer año consecutivo donde Brasil obtiene un crecimiento económico menor al pronosticado. Esta situación desmejora la credibilidad del gobierno ante los brasileños y los inversionistas del país.

Mauro Leos, oficial de crédito para Brasil de Moody’s Investors Service, informó que «las expectativas son catalizadores muy importantes de la inversión, particularmente la inversión a largo plazo». A medida que las empresas revisan sus expectativas de crecimiento económico, ajustan sus planes de inversión, añadió Leos.

El economista de CM Capital Markets en São Paulo, Darwin Dib, considera que el lento crecimiento del país puede ser debido a las economías débiles de Estados Unidos, Europa y Japón, además de ciertos gastos del gobierno que según Dib «si no fuera por la política expansionista, hubiéramos tenido una recesión el año pasado».

Sin embargo, algunos inversionistas se han quejado por la mano dura que el gobierno implementó en algunos sectores, tales como la electricidad. Otras políticas generaron presión al alza sobre los precios al consumidor, lo que llevó al país a tener problemas para llegar a fin de mes.

El ministro de Hacienda, Guido Mantega, reconoció hace dos semanas que la economía no se expandirá al ritmo que desea el gobierno. Indicó que la expansión sería de hasta 3%, en vez de la proyección previa de 3,5%.

Fuente: online.wsj.com