Los productores estadounidenses Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. y la petrolera británica BP se mantienen al margen de la primera subasta de los grandes descubrimientos en aguas profundas en Brasil, lo que refleja el cambiante escenario del negocio petrolero y la estrategia del gobierno para desarrollar los cambios.
Los potenciales postores para el campo Libra, anunciado tarde el pasado jueves, incluyen a Royal Dutch Shell, la francesa Total SA y la portuguesa Galp Energia SGPS, pero la lista está dominada por firmas estatales asiáticas. Además de energéticas de India y Malasia, la china CnoocLtd., China National Petroleum Corp. y China Petroleum & Chemical Corp., también conocida como Sinopec, señalaron que es posible que oferten. Sinopec participaría a través de su empresa conjunta con la española Repsol.
La decisión de Exxon, la mayor petrolera del mundo, y varias otras importantes petroleras de no participar en la subasta contrasta con el entusiasmo por los descubrimientos de petróleo en aguas profundas de hace seis años. Estos fueron los mayores hallazgos en el hemisferio en décadas, tan grandes que los líderes brasileños los convirtieron en el motor de una estrategia nacional para introducir al país en el grupo de naciones desarrolladas.
Pero el mercado petrolero ha cambiado. En ese entonces, algunos expertos temían que el suministro mundial de petróleo estuviera destinado a alcanzar un punto máximo y que el petróleo pasara a ser un bien escaso. Pero tecnologías como la fracturación hidráulica, o ‘fracking’, abrieron nuevas fronteras petroleras. Además, regiones como África han atraído cada vez más exploración petrolera, lo que representa una alternativa a Brasil. Muchos en el sector están esperando que México invite a más petroleras.
Pero el mayor factor es la estrategia del Estado brasileño para desarrollar el campo. La estrategia ejerce presión sobre las ganancias que pueden registrar las petroleras, señalan expertos del sector. Las normas para el campo Libra implican un pago inicial de US$7.000 millones, un papel dominante para la petrolera estatal brasileña y la compra de equipos y maquinaria en el país. Como resultado, la empresa es más atractiva para grandes petroleras estatales como la china Cnooc, que se enfocan en reivindicar los derechos a barriles de reservas más que en registrar grandes ganancias.
«El gobierno no puede decir que esto fue una sorpresa, ya que las normas se diseñaron para atraer a empresas chinas», dijo Adriano Pires, consultor brasileño de petróleo e infraestructura. «La estrategia parece ser utilizar fuerza laboral y tecnología brasileña y lograr que petroleras estatales paguen por ello».
Fuente: WSJ