Tras la victoria de Donald Trump el dólar emprendió una tendencia al alza que puso en alerta a medio mundo. Una parte importante de la deuda mundial está denominada en esta divisa, por lo que su apreciación encarece de forma relativa la devolución de estos pasivos. Aunque en las dos últimas semanas el billete verde se ha depreciado, muchas de las políticas que promete Trump pueden tener un efecto fortalecedor sobre el dólar, hasta tal punto que algunos expertos creen que a medio plazo se producirá una nueva crisis de deuda en algunos países emergentes, que tienen grandes cantidades de pasivos denominados en dólares.
Expertos como Anatole Kaletsky, economista jefe de Gavekal Dragonomics, o Ben Emons economista jefe de Intellectus Partners y columnista de Bloomberg, han advertido en los últimos días sobre el efecto que podrían tener las políticas de Donald Trump sobre el dólar. Kaletsky ha ido más allá y ha señalado en un artículo publicado en Project Syndicate que la fortaleza del billete verde podría causar en 2017 una crisis de deuda en los mercados emergentes peor que la de los años 80 y 90.
Economistas y medios de comunicación se centran en las medidas fiscales que ha prometido Trump para argumentar una subida del dólar: el nuevo Gobierno de EEUU pondrá en marcha una política fiscal expansiva (más gasto público y reducción de impuestos) en una economía que se encuentra cerca del pleno empleo. La inflación subirá a un ritmo muy superior al actual, la Reserva Federal necesitará subir los tipos de interés y reducir la oferta de dinero, y el dólar se apreciará con fuerza.
No obstante, existe otro factor fundamental que puede fortalecer el dólar. Las políticas comerciales proteccionistas suelen desembocar en una fuerte apreciación de la divisa del país que aprueba estos obstáculos a las importaciones, al menos eso es lo que dice la teoría. Kaletsky destaca que “el proteccionismo de Trump podría dejar a países como México y Turquía en una crisis compleja, puesto que estos países han basado su estrategia de desarrollo en una rápida expansión de las exportaciones, financiada por la emisión empresarial de deuda denominada en dólares”.
¿Por qué se apreciará el dólar?
Ben Emons, por su parte, acude a la teoría de los libros de macroeconomía para recordar que “un impuesto en las fronteras podría desencadenar en un aumento del valor real del tipo de cambio, lo que incrementaría el coste de los bienes producidos en EEUU y reduciría el coste de las importaciones, borrando así el efecto de las políticas comerciales”.
Estos expertos se apoyan en la teoría económica (en la que no creen los asesores de Trump) que sostienen que la política comercial no puede cambiar a medio plazo la balanza comercial de un país.
Gregory Mankiw, profesor de Economía de la Universidad de Harvard, explica en su manual de macroeconomía cómo afectan los aranceles o las cuotas a la importación según esta teoría. Estas políticas proteccionistas reducen en un primer momento las importaciones de los bienes ‘gravados’ por dichas políticas, por ejemplo los coches fabricados en Japón.
Escasez de dólares
Esta reducción de las importaciones permite incrementar las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones) en una primer momento. Sin embargo, los agentes extranjeros necesitan dólares para adquirir esos bienes, pero la oferta de billetes verdes es menor en los mercados internacionales porque las importaciones se han reducido (las importaciones suponen una venta de dólares para comprar la divisa en la que esté denominado el bien que se quiere importar).
Esta situación “incrementa el tipo de cambio real del dólar reduciendo a su vez las exportaciones de EEUU, por lo que las exportaciones netas vuelven a mismo punto de equilibrio, amortiguando el efecto de los aranceles o las cuotas a la importación”, destaca Mankiw en su manual. De modo que “las políticas comerciales no afecta a la balanza comercial. Es decir, las políticas que influyen directamente sobre las exportaciones o las importaciones no alteran las exportaciones netas”.
Según Mankiw, este tipo de políticas sólo generan ganadores y perdedores. Por ejemplo, si Donald Trump impone un fuerte arancel sobre los coches fabricados en el extranjero, General Motors tendrá menos competencia y venderá más coches en EEUU. “Pero al mismo tiempo la apreciación del dólar hará que Boeing tenga más dificultades para competir con Airbus. Las exportaciones de aviones de EEUU caerán y las importaciones de aviones se incrementara. Al final se reducen las importaciones de ciertos productos pero se incrementan las de otros, dejando las exportaciones netas intactas”.
Fuente: Economista.es