Tras una petición explícita por parte del diputado liberal Frank Schäffler, el Ministerio de Hacienda de Alemania declaró al bitcóin como una “unidad monetaria” y una forma de “dinero privado”, reconociendo así sus efectos legales y fiscales, según informó el diario alemán Die Welt.
Y es así como Alemania se ha convertido en el primer país que reconoce legalmente la moneda virtual bitcóin como forma de dinero.
Eso significa que algunos beneficios comerciales en las actividades relacionadas con bitcoin pueden empezar a estar sujetos a impuestos, aunque el uso personal de la divisa se mantendrá libre de impuestos, explica el diario. El reconocimiento de la moneda le sirve al Estado también para mantenerla bajo control legal y jurídico y evitar que se convierta en un refugio de evasores fiscales.
Schäffler dice estar emocionado por el hecho de que el bitcóin representa de alguna forma “una democratización de la moneda”, ya que afirma que “es una moneda global descentralizada que no está controlada por bancos centrales”. No obstante, el diputado advierte que se trata todavía de un producto muy inestable que puede conllevar rápidas y significativas pérdidas de dinero.
Aunque el reconocimiento alemán confiere a la moneda una mayor legitimidad, también podría abrir la puerta a una mayor regulación, algo a lo que muchos seguidores de bitcóin se oponen activamente, ya que a diferencia de otras monedas no está respaldada por ningún gobierno ni depende de la confianza en ningún emisor central.
En este mismo sentido, a principio de agosto, un juez federal de Estados Unidos dictaminó que el bitcóin es una moneda legítima que protege a sus usuarios, aunque ahora está propensa a abrir la veda para que el dinero virtual pronto sea regulado por supervisores gubernamentales.
El Bitcoin, concebida en 2009 por un hacker, cuyo nombre en código es Satoshi Nakamoto, tiene una cotización de 78 euros (104 dólares). Los partidarios de la moneda virtual argumentan que ayuda a proteger la identidad de los usuarios de robo y fraude con tarjetas de crédito.
Los críticos esgrimen que la falta de supervisión reguladora y la supuesta mayor privacidad hacen esta moneda más atractiva para los estafadores. Además, los escépticos cuestionan la tasa de cambio volátil de la moneda, la oferta inflexible, el alto riesgo de pérdida y su uso mínimo en el comercio.
Fuente: Banca y Negocios