Argentina abrió el miércoles el período para un canje de bonos con vencimiento en el 2015 por títulos al 2024, en lo que el Gobierno definió como una iniciativa para terminar con las especulaciones respecto a la capacidad de pago de sus obligaciones.
El plazo para optar por la alternativa será de tres días.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, anunció la semana pasada que ofrecerá a los tenedores de ‘Boden 15’ la opción de canje por el ‘Bonar 2024’ o la venta anticipada de sus tenencias, un total de 6.260 millones de dólares en circulación.
En el caso de la recompra de los bonos, el Gobierno pagará 97 dólares por cada 100 dólares de valor nominal del ‘Boden 15’. Al vencimiento en octubre de 2015, los tenedores de esos títulos obtendrían un precio de 107 dólares, dijo el ministro.
En el caso del canje, el Gobierno ofrecerá 99,7 dólares de ‘Bonar 2024’ por cada 100 dólares del ‘Boden’, más una suma en efectivo por el interés devengado de este último.
El precio ofrecido por Argentina para la recompra del Boden 15 se encuentra por debajo de los 97,8 que cotiza en el mercado secundario, lo que podría generar poco interés por parte de los inversores.
«Hoy sigue siendo más conveniente que los ahorristas hagan las dos operaciones (venta de Boden 2015 o el canje) en forma independiente que acceder al canje del Gobierno», dijo a Reuters Guillermo Guichandut, gerente general de Supervielle Asset Management.
«Si el Gobierno quiere hacer el canje, es importante que lo pueda hacer no cerrándose en un precio porque el mercado es quien marca lo que vale» el bono, agregó.
Los inversores también tendrán la opción hasta el 12 de diciembre de comprar por un tope de 3.000 millones de dólares de ‘Bonar 2024’, una ampliación de los emitidos originalmente para el pago a la española Repsol por la nacionalización de sus activos en la empresa energética YPF.
«Vamos a pagar de manera anticipada porque tenemos capacidad y voluntad de pago y porque queremos cortar maniobras especulativas», dijo Kicillof recientemente en conferencia de prensa.
Argentina cayó en cesación de pagos en julio, luego de la negativa del país a cumplir con una orden del juez estadounidense Thomas Griesa.
El magistrado busca que el país acate un fallo que le obliga a compensar a un grupo de acreedores que no aceptaron las reestructuraciones de su deuda en default desde 2002, por un total de 1.330 millones de dólares más intereses.
«Más allá del nivel de participación que dicha estrategia de administración de pasivos pueda finalmente dejar como saldo, lo más relevante pasa por la nueva señal de voluntad y capacidad de pago otorgada (por el Gobierno), la cual tiene correlato en los sostenidos precios de los bonos», dijo Gustavo Ber, economista de la consultora Estudio Ber.
Producto del default de deuda del 2002, el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández ha estado imposibilitado de acceder a los mercados internacionales de deuda.
Al anunciar la nueva emisión de los Bonar 2024, Kicillof negó que el país haya estado vedado del crédito internacional y aseguró que los inversores tienen apetito por los títulos argentinos.
«Es una decisión de win-win (gana o gana) para el Gobierno. Si hay presentaciones masivas de Boden 2015, sería una operación que resulta exitosa porque la carga financiera será menos importante», dijo a Reuters Ezequiel Albertini, gerente de portafolio de Supervielle Asset Management.
«Si no hay interés, entonces se muestra que hay credibilidad en el mercado de que se va a pagar», agregó Albertini.
Desde hace cuatro años, Argentina utiliza fondos de las alicaídas reservas del Banco Central para hacer frente a los pagos de deuda. Las mismas cayeron a 29.190 millones de dólares el martes desde unos 48.068 millones de dólares a principios del 2010.
De concretarse la nueva emisión del Bonar 2024, los nuevos fondos pasarían a engrosar las reservas internacionales, dijo Albertini.
Fuente: Reuters