Una delegación de Argentina se reúne este martes en Nueva York con el mediador judicial en el litigio por su deuda soberana impaga con los fondos especulativos, en medio de los últimos intentos para buscar una salida negociada al caso, a horas de un nuevo default tras el derrumbe económico de 2001.
«Esperamos que las negociaciones puedan encauzarse, (pero) eso no depende de nosotros», dijo el Jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, antes del encuentro con el mediador Daniel Pollack, designado por el juez federal estadounidense, Thomas Griesa, para hallar una vía de cumplimiento al fallo que obliga al país a pagar 1.330 millones de dólares.
La reunión con responsables del Ministerio de Economía y del Tesoro está prevista en horas de la mañana. El titular de Economía, Axel Kicillof, se encuentra en Caracas junto a la presidenta Cristina Kirchner por la cumbre del Mercosur, pero Capitanich no descartó que resuelva un viaje de última hora a Nueva York.
Argentina tiene plazo hasta miércoles a última hora para llegar a un acuerdo con los fondos a los que califica de «buitres» y que obtuvieron una sentencia en la justicia estadounidense para cobrar al mismo tiempo que lo hacen los tenedores de deuda de los canjes de 2005 y 2010.
Argentina giró el 26 de junio pagos por 539 millones de dólares a los bonistas reestructurados, pero el juez bloqueó ese dinero depositado en Nueva York, lo que provocaría un default de esa parte de la deuda emitida bajo legislación norteamericana.
Argentina quiere que el juez reponga una medida cautelar hasta fin de año que permita cancelar pagos de los canjes de su deuda, que incluyeron quitas de hasta 70% del valor nominal de los bonos en default en 2001 y fueron aceptados por el 92,4% de los tenedores de títulos.
La administración Kirchner argumenta que un «stay» (suspensión de la aplicación del fallo) hasta 2015 es la única salida para poder negociar con los fondos especulativos evitando la cláusula «Rufo» de los canjes, según la cual el país no puede mejorar antes de esa fecha la oferta hecha a los acreedores que cambiaron sus bonos, so pena de tener que igualar los pagos.
– ¿Una señal favorable? –
El lunes, Griesa autorizó al banco Citibank un pago de bonos argentinos reestructurados emitidos bajo legislación del país sudamericano, tras considerar por única vez que no podían ser incluidos en su sentencia.
Tras analizar la cuestión, y a pesar del pedido de los querellantes para frenar la transferencia, Griesa resolvió que por única vez Citibank podía efectuar ese pago que incluye bonos reestructurados en dólares bajo legislación nacional y otros emitidos como parte del acuerdo con Repsol por la estatización de la petrolera YPF.
«El tribunal no quiere afectar el acuerdo con Repsol», señaló Griesa, al responder a una «moción de aclaración» presentada por el banco estadounidense respecto a su filial argentina.
En medio de la pulseada con los fondos, el gobierno de Kirchner concretó el lunes el primer pago de 642 millones de dólares al Club de París como parte del acuerdo alcanzado en mayo con la entidad.
La deuda total con el Club de París alcanza los 9.690 millones de dólares incluyendo intereses y punitorios, según un informe publicado en la página web del ministerio.
– Consecuencias de un default –
Este sería el segundo default de Argentina en trece años, luego de que en 2001 el gobierno suspendiera el pago de 100.000 millones de dólares, que representaban el 166% de su PIB.
A pesar de que el gobierno argentino insiste en que el 30 de julio «no pasará nada» por tratarse de situaciones diferentes, los expertos vaticinan una serie de consecuencias negativas para la alicaída economía sudamericana, entre ellas más devaluación e inflación, marginación de los mercados de capitales y recesión.
Según Christopher Dembik, economista de Saxo Bank, habrá una «devaluación inevitable del peso», que ya sufrió una fuerte perdida de su valor a principios de año; una recesión que podría pasar del 1 al 10% del PIB; y un aislamiento internacional de Argentina que acentuaría la falta de acceso del país a divisas extranjeras.
Un informe de la consultora Abeceb.com señaló que con un default se registraría «una caída de 3,5% del PBI, la inflación anual alcanzando 41% y una retracción del consumo del orden del 3,8%» para 2014.
Un acuerdo en cambio recortaría el daño a «una caída del 1,5% en el PBI, una inflación del 34,5%» y una reducción del consumo de 1,8%.
«Los argentinos sufrirán las consecuencias de otro default y, una vez más, se aislarán de la comunidad internacional», señaló de su lado Joshua Rosner, del estudio Graham Fischer, que ha seguido muy de cerca el litigio en Nueva York y que permanece «cauto con respecto a cualquier inversión en Argentina».
Fuente: AFP