Argentina, un país que pasó 75 años de sus dos siglos de historia en cesación de pagos, convenció a los inversores que su historial no es motivo de preocupación.
El Gobierno vendió el lunes US$2.750 millones en bonos que no tendrá que pagar hasta el año 2117. El acto de fe en el país se produce apenas 14 meses después de que Argentina emitió sus primeros bonos internacionales tras un colapso económico en 2001 que dio lugar a un default récord de US$95.000 millones y años de litigio con fondos de cobertura de Wall Street.
Los inversores están dispuestos a hacer la vista gorda al historial de deuda de Argentina porque la baja inflación global ha llevado las tasas de interés reales a mínimos históricos, con rendimientos negativos para la deuda de Alemania, Francia y Japón. El rendimiento de 7,9 % de las notas de Argentina parece una generosa recompensa para inversores que pueden soportar el riesgo, pero los títulos de Argentina con clasificación de basura pueden ser demasiado bajos para los fondos de pensiones y las compañías de seguros que suelen comprar deuda ultralarga.
“El mercado tiene memoria corta”, dijo Victor Fu, director de estrategia soberana de mercados emergentes de Stifel Nicolaus & Co. “Sobre todo, teniendo en cuenta que Argentina sigue siendo un país de alto rendimiento que satisface el apetito de un mercado hambriento de rendimiento. El acuerdo en sí no me preocupa, aunque los estrechos diferenciales de mercados emergentes de varios años son un poco preocupantes”.
Cuanto mayor sea el vencimiento de la deuda, mayor será el impacto que tiene sobre el precio una variación de punto base en el rendimiento. Cuando el mercado está pujante, como lo está ahora, los bonos con vencimientos más largos proporcionan las mejores rentabilidades, pero cuando las cosas van mal, las pérdidas pueden ser enormes. Los únicos otros bonos a un siglo en el índice Bloomberg Barclays EM USD son los de México, que están clasificados con BBB+, siete peldaños por sobre Argentina. Irlanda y el Reino Unido también han vendido deuda con vencimiento en 100 años. Eso puede ser mitigado en este caso porque Argentina vendió la deuda a 90 centavos por dólar.
La venta influyó sobre la deuda en dólares del país. El diferencial de los bonos argentinos a 10 años con respecto a los títulos del Tesoro de Estados Unidos subió ocho puntos básicos a 390 puntos básicos el lunes. El diferencial de sus bonos con vencimiento en 2046 se amplió 10 puntos básicos a 440 puntos básicos.
La venta de bonos de Argentina ayudará al Gobierno a superar un déficit presupuestario, pero también es un símbolo potente para el presidente Mauricio Macri, quien asumió el cargo en 2015 prometiendo una serie de cambios económicos que dejarían al país mejor posicionado para crecer. Macri ha flotado la moneda, ha corregido datos económicos que habían sido manipulados y alcanzó un acuerdo con los inversores de bonos que no participaron en una reestructuración para ganar acceso a los mercados de capitales extranjeros.
La venta de bonos se produce un día antes de que el proveedor de índices MSCI anuncie su decisión de elevar las acciones del país desde la categoría de mercado fronterizo a mercado emergente, abriendo potencialmente los títulos valores argentinos a una vasta base de inversores.
Fuente: Reuters