China instó este miércoles al Fondo Monetario Internacional (FMI) a cumplir con el compromiso de dar a los mercados emergentes más poder dentro del organismo mundial, luego de que legisladores estadounidenses rechazaron una serie de reformas históricas que otorgarían más voz a los países en desarrollo.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hong Lei, criticó indirectamente a Estados Unidos -el miembro más grande y poderoso del FMI- donde los legisladores no lograron ponerse de acuerdo el lunes sobre medidas de financiación clave, aunque Hong no mencionó a Washington.
El proyecto de ley de 1 billón de dólares de gasto para el Gobierno federal de Estados Unidos no incluyó financiación para el FMI.
El Congreso debe acordar sobre el financiamiento del fondo para completar las reformas del 2010 que harían de China el tercer miembro más grande del FMI y reconfigurarían el consejo directivo del organismo para reducir el predominio de Europa occidental.
Los cambios también darían mayor voz a naciones como Brasil e India, para reflejar la importancia de su crecimiento económico.
Pero las modificaciones han sido demoradas por falta de aprobación por parte de Estados Unidos.
«La reforma de las cuotas del FMI es una decisión importante hecha por el organismo», dijo Hong en una conferencia de prensa diaria.
«Los miembros relevantes del organismo deberían implementar seriamente la decisión y honrar e incrementar la voz y representación de los países en desarrollo dentro del FMI», agregó.
La reforma de los niveles de participación en las votaciones, conocidos como «cuotas», no puede realizarse sin Estados Unidos, que tiene la porción dominante de los votos en el FMI.
Luego de rechazar el pedido en 2012 debido a la elección presidencial en el país, el Tesoro estadounidense ha buscado introducir el tema en varios proyectos desde marzo del 2013.
Los pedidos de la administración, no obstante, se han topado con el escepticismo de algunos republicanos, que consideran desacertada la idea de aprobar nueva financiación en medio de un clima de ajuste presupuestario.
Algunos legisladores también han manifestado preocupación sobre cuán bien está ayudando el FMI a las economías en problemas en Europa y sobre los riesgos relacionados con los préstamos del organismo internacional, y sugirieron que el Congreso estadounidense no tiene prisa por aprobar cambios.
Las naciones en desarrollo miran al FMI con recelo desde hace tiempo, por haber promovido desastrozas privatizaciones que complicaron las transiciones desde el comunismo en algunos países emergentes a comienzos de la década de 1990, y por impulsar recortes presupuestarios que exacerbaron las crisis de deuda en Asia y América latina algunos años después.
Ese recelo se ha fundado sobre una estructura de poder que data de la fundación del FMI en 1944, y que fue delineada por los ganadores de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y Europa occidental.
Fuente: Reuters