Argentina afronta un default parcial de su deuda con la economía en declive y signos de mayor tensión social con sindicatos en huelga ante el deterioro del salario por efecto de la inflación y la pérdida de puestos de trabajo en un agitado último tramo del gobierno de Cristina Kirchner.
Los principales indicadores de la economía van en picada, y como telón de fondo el país viene de ser declarado en default selectivo, algo que preocupa a los empresarios temerosos por las secuelas en la atracción de inversión extranjera y el encarecimiento de la financiación.
«Los proyectos de inversión están frenados desde hace varios meses, la situación es de preocupación y mucha incertidumbre», explicó a la AFP Roberto Maceri dueño de dos PyMEs industriales de insumos plásticos con 180 empleados a su cargo y «haciendo equilibrio en medio del temporal».
El desempleo subió de 6,4% a 7,1% en el primer trimestre de este año comparado con el cuarto de 2013, aunque descendió 0,8% en la medición interanual, según cifras oficiales.
En las calles las huelgas se multiplicaron al calor del malhumor por una inflación que acumula el 15% en el último semestre en datos oficiales y arrastra de 2013 un 28%, según consultoras privadas.
Sólo en la última semana lanzaron huelgas los maestros de la provincia de Buenos Aires (la más poblada del país), los bancos públicos y privados, el personal de Aduanas y los trabajadores del metro de la capital argentina.
Mientras, la opositora Confederación General del Trabajo (CGT) prepara un llamado a huelga general para fines agosto.
Tanto en el sector fabril como en el comercial se han producido recortes de horas extras, reducción de jornadas de trabajo, suspensiones y despidos, consecuencia de una economía en recesión con tres trimestres de retracción consecutivos.
– Equilibristas-
Maceri reveló que por ahora no ha despedido «porque la capacitación cuesta mucho y se valora», pese a que provee insumos para sectores en caída, como el automotriz, electrodomésticos y construcción.
Se trata de los sectores más castigados por la devaluación de enero (18%) con su secuela de inflación y caída de ventas.
En las plantas de Maceri tuvieron que recortar horas extras, días laborales y congeló nuevas vacantes «como gran parte de las empresas chicas y medianas», dijo.
Lear, fábrica de partes de autos, es un caso emblemático de las dificultades en este sector.
Su sede en las afueras de Buenos Aire cerró por 15 días el jueves dejando en la calle a 600 empleados, luego de semanas de protestas por el despido de 70 trabajadores y la cesantía de otros 330 por tiempo indeterminado en mayo último.
Sólo en el primer trimestre de 2014 el Banco Central informó del cierre de 310.000 ‘cuentas sueldo’, donde se depositan salarios; 40.000 cuentas corrientes y el rechazo de 70.000 créditos a empresas.
La actividad económica cayó en el primer trimestre 0,8% comparada con el último trimestre de 2013, cuando también perdió 0,5% en relación al trimestre anterior.
El gobierno lanzó el jueves un plan de estímulos de emergencia para la industria, el mercado inmobiliario y el empleo.
Pero ante la coyuntura actual «E¡el costo del dinero se fue por las nubes y eso hace que sea imposible generar stock», dijo Maceri.
El Producto Interno Bruto (PIB) creció en 2013 un 3%, pero consultoras privadas estiman que este año la economía se contraerá entre 0,5% y 1%, en lo que sería la primera retracción desde 2003, cuando comenzó el período de Néstor y Cristina Kirchner en el gobierno.
– Factor comicios –
A medida que se acercan las presidenciales para octubre de 2015 y se vive un escenario de fin de ciclo del kirchnerismo se siente aún más el freno económico.
«No se sabe qué pasará, eso no ayuda», explicó Maceri.
Coincide con él Fabián Tarrío, empresario dueño de una PyME que acusa dificultades en sus tres empresas de rubros tan disímiles como la indumentaria, insumos para la construcción y viñedos.
«Desde enero a julio las ventas bajaron en cantidades, un 7,4% en relacion al primer semestre del año pasado y la actividad bajó pareja en todos los rubros. En la industria ya no existen los turnos continuos de producción», afirmó.
Como Maceri, Tarrío se aferra a «la esperanza de un cambio en 2015».
«No porque tenga que irse este gobierno para que mejore, sino porque todo cambio trae expectativa favorable», resumió este empresario de 72 años.
Tarrío vivió «tantas crisis como décadas» en este país, entre ellas la del 2001 cuando el país soportó una debacle económica y política y declaró el mayor default de la historia por 81.000 millones de dólares.
«Pero del 2001 a hoy se crearon cientos de miles de puestos de trabajo, eso hay que contarlo», afirmó.
Argentina está enfrentada a fondos especulativos en la Justicia de EEUU, y a raíz de ese litigio el juez del caso le bloqueó fondos para el pago a acreedores tenedores de deuda reestructurada, lo cual llevó al país al default.
Fuente:AFP