A 13 días del nuevo año fiscal, Estados Unidos se encamina a una nueva crisis política, en momentos en que el presidente Barack Obama advierte de que la intransigencia de sus adversarios republicanos puede provocar un catastrófico ‘default’, dos años después de un episodio similar.
Dos fechas límite se acercan a gran velocidad: el 1 de octubre, cuando se inicia el nuevo año fiscal, y mediados de octubre, cuando el Tesoro estadounidense espera que se alcance el ‘techo’ de la deuda pública.
En cada caso, el Congreso, dividido entre una Cámara de Representantes controlada por los republicanos y un Senado, de mayoría demócrata, debe ponerse de acuerdo y aprobar un texto, con el fin de evitar el cierre de los servicios no esenciales del Estado federal (lo que ocurrió por última vez en 1995) y un ‘default’ de los pagos.
El presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, insistió este miércoles sobre los riesgos para la economía de un pulso entre el gobierno y el Congreso sobre el presupuesto y la deuda pública federal.
Cerrar servicios no esenciales del Estado y un ‘default’ de EEUU «podría tener consecuencias muy graves para la economía y los mercados financieros», dijo Bernanke en una rueda de prensa.
Pero los republicanos parecen determinados a utilizar su poder para ligar estos temas con el pulso que mantienen con la Casa Blanca sobre el financiamiento de la ley de reforma de la salud ideada por Obama y aprobada en 2010, lo que el mandatario considera un chantaje. «Nunca habíamos visto esto en el pasado, que un presupuesto sea supeditado a la eliminación de una ley que fue adoptada por las dos Cámaras del Congreso, cuya constitucionalidad fue confirmada por el Tribunal Supremo, que está a dos semanas de ser plenamente aplicada y que ayuda a 30 millones de personas a obtener por fin una cobertura de salud».
La presión ultraconservadora
El 1 de octubre deben abrirse las inscripciones para millones de estadounidenses que carecen de cobertura de salud y que desean un seguro subvencionado por el Estado federal.
«Estoy listo para negociar (con los republicanos) sobre el presupuesto», dijo Obama, pero advirtió: «No crearé una costumbre según la cual la confianza sobre la capacidad del presidente de pagar sus deudas se convierte en una ficha de negociación política. Eso es irresponsable».
Ante la presión de los ultraconservadores del bando republicano, la Cámara de Representantes aprobará un presupuesto temporal, que regirá hasta el 15 de diciembre, que incluirá la supresión de créditos dedicados a la reforma, confirmó el miércoles el presidente de la Cámara, John Boehner.
El campo conservador ve la ley de salud con horror. La derogación de la ley ‘Obamacare’, como se la conoce peyorativamente, es un tema que sigue desatando pasiones entre sus seguidores.
La Cámara debe votar también la próxima semana un aumento del techo de la deuda, con las mismas condiciones.
Pero esos dos textos no tienen ninguna posibilidad de avanzar en el Senado y los demócratas se muestran estupefactos ante lo que consideran la intransigencia de los republicanos.
«Hay que poner fin a este juego político», estimó el representante demócrata Xavier Becerra, previendo una nefasta consecuencia por una eventual suspensión de ciertos servicios públicos.
El martes, el secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew, recordó que el techo de la deuda es de 16,7 billones de dólares, que se alcanzó en mayo, y que las medidas extraordinarias para evitar un ‘default’ se agotarán a mediados de octubre. El Tesoro podría aguantar hasta la primera quincena de noviembre, según el director de la oficina de presupuesto del Congreso.
En 2011, una crisis política similar sobre el techo de la deuda llevó a la agencia de calificaciones financieras Standard and Poor’s a privar a Estados Unidos de su nota de deuda ‘triple A’.
Fuente: AFP