El dólar debería subir ahora que terminó el mes de agosto

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A medida que terminan los días calurosos de agosto, el índice está cerrando el mes no muy lejos de donde lo empezó.

Esto se produce pese a que agosto ha sido un mes en el cual la reducción del programa de estímulo monetario que lleva adelante la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos se ha vuelto casi una certeza en septiembre: los mercados emergentes han caído, Japón finalmente está escapando de la deflación, la crisis de la zona euro cede un poco más y EEUU se prepara para atacar a Siria.

En todo sentido, esos acontecimientos deberían ser positivos para el dólar.

EEUU aún encabeza la recuperación mundial. Y si los inversionistas buscan una manera de escapar de los caprichos de los mercados emergentes, y temen las consecuencias de cualquier intento de castigar al régimen de Assad por haber supuestamente usado armas químicas en la guerra civil de Siria, el dólar debería ser el lugar indicado donde recalar.

Entonces, ¿por qué, después de todo esto, el índice del dólar no ha subido? Probablemente debido a que es agosto, el mes de vacaciones del verano boreal para muchos inversionistas, y también debido a que cada uno de esos acontecimientos positivos para el dólar está lleno de incertidumbre. Por ejemplo, la reducción del estímulo.

Ante cada señal de que la Reserva Federal está determinada a comenzar la reducción en septiembre, surgen ciertos datos económicos -especialmente las cifras del mercado de viviendas- que sugieren que el banco central en realidad debería tener un enfoque más gradual para no sofocar la recuperación.

Por lo tanto, los mercados financieros ahora están aún más obsesionados con las nuevas cifras de las nóminas de EEUU, que se publicarán el próximo viernes, y si estas elevarán las expectativas de que la Fed anuncie algún tipo de reducción del estímulo en su reunión del 17 y 18 de septiembre.

La abrupta caída de los mercados emergentes, detonada principalmente por las crecientes expectativas de una reducción del estímulo, ha provocado olas de preocupación en los mercados financieros mundiales.

Pero dado que las economías de varias naciones emergentes estarían en mejores condiciones que muchos de los países desarrollados, y debido a que Brasil e Indonesia están respondiendo a la liquidación con mayores tasas de interés, la caída vigente quizá demuestre ser no tan profunda o prolongada como temían algunos inversionistas.

Las buenas noticias provenientes de Japón, cuyos datos confirmaron el viernes que la tasa de inflación básica del país creció a 0,7% desde 0,4%, tal vez no generen demasiadas apuestas de los inversionistas. El problema es que un nuevo impuesto sobre las ventas, cuya entrada en vigencia está prevista para comienzos del año próximo, bien podría volver a golpear la economía si el Banco de Japón no implementa un relajamiento aún mayor de la política monetaria.

La recuperación de la eurozona también está cargada de incertidumbre. La mayor parte del crecimiento provino de Alemania. Pero, tal como indica una nueva caída en las ventas minoristas alemanas, la reciente mejoría económica tal vez no sea sustentable dados los problemas que sufren muchos de sus mercados de exportación.

Si se suman las elecciones de Alemania del mes próximo, un dictamen de la corte constitucional alemana sobre la principal plataforma del Banco Central Europeo para solucionar el problema de la deuda, y la casi certeza de que Grecia tendrá que pedir otro rescate, entonces la calma que prevaleció en los mercados de la eurozona durante el verano boreal pronto se vería alterada.

Por último, y probablemente el factor más importante para el rendimiento de los mercados financieros globales y el dólar durante los próximos meses, están los acontecimientos en Siria.

El rechazo del parlamento del Reino Unido a los planes del gobierno británico de unirse a las fuerzas de EEUU para atacar, pero no derrocar, al régimen de Assad ha reducido los temores de una medida inmediata.

Pero el tema clave que dominará la percepción del mercado es cómo procederá EEUU por su cuenta ante la oposición de Rusia y China, y ante la amenaza de represalias por parte de Siria e Irán.

En tanto, mientras los precios del petróleo siguen en alza y la amenaza a la recuperación mundial se intensifica, el dólar podría volverse más atractivo para los inversionistas en septiembre de lo que fue en agosto.

 

Fuente: WSJ

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