La caída espectacular del euro con respecto al dólar este jueves tocó su mínimo en 12 años, lo va acercando a la paridad con el billete verde, fortalecido por la mejora económica de la primera potencia mundial.
«El inicio el lunes del programa de expansión cuantitativa del BCE («QE», según sus siglas en inglés), ha provocado movimientos increíbles en los mercados», comentó Craig Erlam, analista de la agencia de corretaje Oanda.
La moneda única cayó brevemente este jueves a 1,0495 dólares, su nivel más bajo desde enero de 2003, antes de recuperarse un poco e instalarse después en torno a los 1,06 dólares.
El euro, que se cotizaba a 1,10 dólares hace una semana, ha perdido más del 13% de su valor desde el inicio del año.
A «este ritmo, podría alcanzar la paridad antes del fin de semana», vaticina Kathleen Brooks de Forex.com, ya que los cambistas «parece que siguen prefiriendo vender sus euros en vez de esperar a una eventual recuperación, alimentando la espiral bajista de la divisa».
Para Petra Kuraliova, analista de la agencia TradeNext, «por el momento no hay ningún comentario o ningún dato que pueda hacer cambiar el ambiente bajista actual».
Y es que el euro se resiente particularmente del programa de compra de deuda que inició el lunes el Banco Central Europeo (BCE), después de meses de especulaciones.
Mediante este plan, el BCE pretende gastar unos 60.000 millones de euros mensuales hasta septiembre de 2016, en la compra de deuda, lo que tiene como efecto colateral diluir el valor de la moneda única europea.
En los primeros tres días que lleva vigente este programa denominado expansión cuantitativa, el BCE ha gastado 9.800 millones de euros, según Benoit Coeuré, miembro del directorio de la entidad.
«El programa empezó el lunes y todo apunta a que tiene un enorme impacto en el sistema financiero, al inundarlo de liquidez (…) mientras que el flujo de capitales se dirige a otra parte en busca de mejores rendimientos» que los activos de la zona euro, dice Craig Erlam.
La recuperación estadounidense sostiene el dólar
La situación económica de Grecia tampoco favorece la fortaleza del euro.
Atenas y sus acreedores empezaron el miércoles a analizar las reformas que debe llevar a cabo el país heleno, una condición imprescindible para que siga abierto el grifo del dinero que tanto necesita el gobierno griego para evitar la parálisis del Estado.
Así, las deudas soberanas de la zona euro, empezando por la griega, siguen siendo fuente de preocupación, y mientras siga siendo así, «las dudas sobre la perennidad del euro se mantendrán» y los inversores seguirán poco proclives a conservar o comprar moneda única, dijo Olle Holmgren, analista de SEB.
La preocupación sobre la zona euro contrasta con la situación en Estados Unidos, donde los buenos resultados económicos de la primera potencia mundial no hacen más que reforzar las expectativas de una próxima subida de los tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense (Fed).
Una subida de las tasas, que desde 2008 están cercanas a cero, haría al dólar más atractivo para los inversores, aunque no tanto para los exportadores, que se verán perjudicados por un dólar fuerte, predicen los analistas.
Fuente: AFP