El presidente de Google, Eric Schmidt, aseguró que la libertad de expresión y de información en internet son «claves» para que China pueda acometer reformas con éxito.
En una entrevista publicada este lunes por el diario honkongés «South China Morning Post», Schmidt urgió a Pekín a que permita a la población china «pensar y hablar libremente si quiere continuar creciendo».
Desde Hong Kong, adonde viajó para participar en un programa con la Universidad de la ex colonia británica que busca ayudar a nuevos emprendedores, el presidente de Google manifestó su preocupación por el endurecimiento del control de internet por parte del régimen chino.
«Google cree firmemente en un internet libre», enfatizó en la entrevista al medio, más independiente que los de la China continental.
Schmidt se refirió en concreto a una nueva normativa por la que quienes publiquen comentarios «difamatorios» en internet en China podrán enfrentarse a una pena de hasta tres años de cárcel si éstos son «ampliamente divulgados», considerando así los que se «reenvíen» más de 500 veces.
«Mi opinión es que, si China quiere consolidar una clase media, tiene que desarrollar la apertura y el libre discurso; y la única razón para conseguirlo es poder debatir sobre todo».
El presidente de Google, cuyas búsquedas también sufren restricciones en la China continental, puso énfasis en que la posición de la compañía con respecto a la libertad de opiniones es «firme»: «debería existir para poder perseguir los ideales de cada uno».
Para él, la potencia asiática enfrenta tres serios problemas que Pekín debe resolver si quiere lograr un crecimiento sostenible.
«El primero es la demografía, ya que hay demasiada gente mayor y muy poca población joven. La política del hijo único es un error terrible. Se debería haber terminado hace diez años».
«En veinte años el problema demográfico en China será más terrible… No habrá seguridad social ni un buen servicio sanitario».
En su opinión, los otros principales impedimentos del crecimiento sostenible son la «globalización y la automatización», ya que otros países asiáticos, como Indonesia, Filipinas o Malasia, dijo, «reemplazarán el papel de China como fábrica del mundo en diez o veinte años», y «los robots serán cada vez más inteligentes».
«Mi opinión es que China tiene que afrontar esos tres problemas y que se trata de un reto muy duro», añadió.
Para ello, Schmidt recomienda a Pekín que copie el modelo de libre comercio de Hong Kong que ha sido ahora adoptado en una zona de Shanghái el pasado octubre.
«Es necesario tener un espacio para la innovación. Hong Kong lo es para la China continental. Pekín puede estudiar cómo funciona allí, pero en este tipo de cosas se toma su tiempo», consideró el empresario.
Fuente: EFE