El presidente francés, François Hollande, señaló hoy que quiere movilizar a los once países europeos que trabajan en la tasa sobre las transacciones financieras para que entre en vigor «en 2016 o como muy tarde en 2017».
Hollande, en una entrevista con la emisora «France Inter», explicó que ha encargado a su ministro de Finanzas, Michel Sapin, que reúna a sus homólogos de esos once países este mismo mes de enero para trabajar en ese impuesto, cuya recaudación tendría que ponerse «al servicio del clima, de la lucha contra el calentamiento climático».
Dijo que la base imponible tiene que ser «la más amplia posible» porque es mejor que todos los productos financieros estén grabados «con una tasa débil para que no haya desorganización de los mercados».
La banca francesa ha intervenido en los últimos meses ante el presidente para advertirle de que un tipo de gravamen elevado correría el riesgo de desplazar actividades de mercado de la plaza de París en particular a Londres, puesto que los británicos no están dispuestos a unirse al impuesto.
Hollande se mostró esperanzado sobre su puesta en marcha puesto que «hay once países europeos que se han organizados para introducirla. Hay todavía cuestiones técnicas pero tras esas cuestiones técnicas sigue habiendo resistencias políticas o juegos de presión de los grupos financieros».
En cuanto al destino de la tasa, consideró que «una parte, tal vez la totalidad» debería consagrarse al llamado «fondo verde» que se contempla en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, y al que se quiere dotar con 100.000 millones de dólares.
La cooperación reforzada sobre este futuro impuesto involucra a Alemania, Francia, Italia, España, Eslovenia, Austria, Portugal, Eslovaquia, Grecia, Estonia y Bélgica.
Fuente: EFE