Hong Kong, la ciudad del monopolio de los magnates

Hong Kong, la ciudad del monopolio de los magnates

Hong Kong es el hogar de muchas industrias en auge, que le dan a la ciudad la reputación de un polo de libre comercio y oportunidades. Pero en la práctica, la ciudad de 7.2 millones de habitantes está dominada por un puñado de magnates que controlan todo, desde los supermercados a los bienes raíces.

Tomemos por ejemplo al hombre más rico de Asia, Li Ka-shing, de 86 años, con una fortuna neta estimada en 33,000 millones de dólares. Li controla grandes extensiones de propiedades, y es dueño de algunas de las mayores cadenas de supermercados de la ciudad, las telecomunicaciones, los principales puertos y empresas navieras, e incluso las compañías que proveen electricidad y otros servicios.

Otros magnates como Lui Che-woo, de 85 años, y Cheng Yu-tung, de 89 años, también dominan una variedad de industrias: construcción, casinos, minoristas de lujo, infraestructura y transporte local, desde autobuses a transbordadores.

Casi todos los gastos cotidianos de un hongkonés -ir al supermercado, encender las luces o viajar en un autobús -terminan forrando los bolsillos de estos magnates.

Otrora reverenciados por sus historias de éxito de la miseria a la opulencia, la influencia política y económica ejercida por estos magnates es ahora un punto álgido en las protestas prodemocráticas que se han instalado en Hong Kong. En las calles, hay poca simpatía por ese 1% de los ricos entre los ricos, que muchos culpan por los altísimos precios de la vivienda y la creciente brecha de la riqueza.

“Hong Kong es una de las sociedades más desiguales del mundo”, señala Willy Lam, profesor de la Universidad China de Hong Kong. “Aparte de la motivación política – el deseo de elecciones reales al estilo occidental – los estudiantes también están descargando su frustración por la desigualdad de ingresos… y las escasas oportunidades de movilidad ascendente para un graduado universitario”.

Para la gente, estos potentados empeoran los problemas con su control sobre la industria.

“Esa docena de magnates en la cima es percibida como un poder monopólico en el mercado”, explica Lam. “La competencia no es realmente libre en Hong Kong, no hay igualdad de oportunidades”.

Sin ningún tipo de leyes antimonopolio en Hong Kong, se cree que muchos de estos magnates multimillonarios explotan el sistema en su beneficio.

La falta de competencia es quizás más evidente en el sector inmobiliario de la ciudad, donde tres empresas acaparan el 72% del mercado residencial, según CLSA. Los precios de las viviendas se han duplicado en la última década, mientras que el crecimiento salarial ha permanecido estancado.

La frustración aumenta ante la aparente falta de interés en implementar reformas de las autoridades de la ciudad, donde muchos están influidos por intereses pro-empresariales.

En estos momentos, el sector empresarial controla aproximadamente 700 votos de un comité electoral de 1,200 miembros encargado de seleccionar al titular del Gobierno de la ciudad de Hong Kong, llamado el jefe del Ejecutivo, explicó Ma Ngok, profesor de la Universidad China de Hong Kong.

China continental prefiere mantenerlo de esta manera, así el Gobierno central puede ejercer influencia en Hong Kong a través de los magnates, porque todos tienen inversiones multimillonarias en China por proteger, dijo Ma.

Pero el reloj no perdona, y la forma en que Hong Kong funciona tiene los días contados: muchos de los magnates más ricos son ahora octogenarios, y el modo en que operen sus sucesores podría cambiar las circunstancias.

Sin embargo, por ahora, seguirán siendo “parte del tejido cultural de Hong Kong”, admite Ben Cavender de China Market Research. “No puedes ignorarlos, porque siempre están ahí, en las noticias, o en las marcas con las que convives”.

Fuente: CNNEXPANSIÓN.COM

 

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