La Fed debate cuál es su arma más eficaz

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Funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos que se reunirán este fin de semana en Jackson Hole, estado de Wyoming, con académicos, economistas de bancos privados y otros especialistas evaluarán una pregunta que influenciará sus decisiones en los próximos meses: ¿cuáles de sus nuevas herramientas monetarias están favoreciendo más a la economía?

¿Son las compras de gran magnitud de bonos del Tesoro a largo plazo e hipotecas, conocidas como «flexibilización cuantitativa»? ¿O es la promesa de mantener bajas durante mucho tiempo las tasas de interés a corto plazo?

 La Fed considera reducir las primeras y mantener con firmeza la segunda. La primera herramienta —los US$85.000 millones mensuales en bonos que estuvo comprando— usa el poder de la imprenta de la Fed. La otra depende del poder de sus palabras. Ambas apuntan a contener las tasas de interés a largo plazo, que afectan a los compradores de vivienda y las empresas, y, de esta forma, alentar los préstamos, el gasto y la inversión.Las opiniones difieren sobre cuál funciona mejor, lo que complica la toma de decisiones de la Fed.
Muchos académicos y funcionarios de la Fed creen que cuando las tasas a corto plazo están en un mínimo, la más poderosa de las dos herramientas, y la que saben usar mejor, es la promesa de mantenerlas bajas por mucho tiempo, una táctica empleada también por el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo. En la reunión en Jackson Hole el año pasado, Michael Woodford, economista de la Universidad de Columbia, esgrimió un argumento muy debatido al decir que la Fed debería concentrar sus esfuerzos en hacer promesas creíbles de mantener las tasas bajas.
Asimismo, dos investigadores de la Fed de San Francisco, Vasco Cúrdia y Andrea Ferrero, concluyeron hace poco que la compra de bonos tiene «en el mejor de los casos efectos moderados sobre el crecimiento económico y la inflación», mientras que la comunicación sobre el futuro de las tasas a corto plazo es la herramienta más eficaz.
Fuente: The Wall Street Journal

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