El precio del petróleo ha caído más de un 13% desde el pasado 25 de mayo, día en el que la Organización de Países Exportadores de Petróleo acordaron prolongar los recortes hasta marzo de 2018. Ese mismo día comenzaron los problemas para el oro negro. El acuerdo fue decepcionante y los agentes que participan en este mercado sabían y saben que prolongando un recorte de 1,8 millones de barriles es casi imposible limpiar los inventarios de crudo a nivel mundial.
Canadá, Brasil y, sobre todo, EEUU están llenando el hueco que ha dejado la OPEP. Mientras que Nigeria y Libia (miembros del cártel exentos de cumplir el acuerdo) están aumentando el bombeo de crudo a medida que recuperan el control de su industria petrolera.
Estos movimientos, junto a un crecimiento de la demanda más moderado de lo previsto, han llevado a los futuros de West Texas a moverse entre los 44 y 45 dólares el barril en los últimos días, mientras que el Brent cotiza entre los 47 y 48 dólares. El Texas se encontraba cerca de los 52 dólares a finales de mayo, mientras que el Brent cotizaba en los 54 dólares. En pocas semanas ambos barriles han perdido entre 7 y 9 dólares por el exceso de petróleo en el mercado.
Un recorte que se diluye
Si el recorte acordado por la OPEP y sus aliados fue de 1,8 millones de barriles en noviembre de 2016, desde entonces, sólo EEUU ha incrementado su producción en 600.000 barriles al día y subiendo, según la Agencia de la Energía del país (EIA por sus siglas en inglés).
Dentro de EEUU cabe destacar la fortaleza del shale, que en julio alcanzará los 5,475 millones de barriles diarios, de los que 2,470 saldrán de la famosa Cuenca Pérmica, que es con diferencia la región que más barriles suma cada mes al cómputo total, según el informe de junio de la EIA que analiza el rendimiento de las regiones más importantes en la producción de shale en EEUU.
En el caso de Brasil, el bombeo se ha incrementado en unos 100.000 barriles desde entonces, según la base de datos de Jodi, mientras que en Canadá se ha mantenido constante según el ministerio de Energía del propio país, aunque se esperan leves incrementos para los próximos meses. A esto se une que la extracción de crudo en el Mar del Norte, sobre todo en aguas de Noruega y Reino Unido, que también se ha intensificado en los dos últimos meses.
Libia y Nigeria aprovechan su posición
Por su parte, Libia ha extendido su producción de crudo en 153.000 barriles desde noviembre de 2016, mientras que el bombeo de Nigeria es similar al de esa fecha, pero cabe destacar la fuerte recuperación de su producción en las últimas semanas después de varios meses de interrupciones. Así, los países citados han compensado alrededor de un 50% de los recortes que teóricamente debería esta implementando el cártel y sus aliados.
Olivier Jakob, director de PetroMatrix, explica en declaraciones a Reuters “que va a resultar difícil ver un rally del petróleo a menos que se produzcan interrupciones en la producción o que llegue alguna noticia nueva de la OPEP”.
Es decir, se tendría que producir algún fenómeno extraordinario (una guerra o una huelga de los trabajadores de la industria petrolera) en alguno de los países productores para que el oro negro saliese del rango de precios en el que se encuentra en la actualidad.
“Las dudas generalizadas sobre el reequilibrio del mercado petrolero continuarán mientras no se confirme de una forma perceptible que la oferta comienza a perder fuerza… mientras que eso no suceda, todas las apuestas por un alza del petróleo permanecerán ‘apagada’”, asegura Stephen Brennock, estratega de PVM en Londres, en declaraciones a Financial Times.
Fuente: Banca&Negocios.com