El presidente de México, Enrique Peña Nieto, planea aumentar el impuesto de la renta a las clases altas, ya que necesita hacer más accesible para los mexicanos la medida de ampliar el impuesto sobre la venta de algunos alimentos y medicamentos. Está previsto que el gobierno presente su iniciativa ante el Congreso mexicano en septiembre, junto con el presupuesto de 2014.
Según fuentes conocedoras del proyecto, estas medidas formarían parte de una reforma «hacendaria» integral que pretende incrementar los ingresos federales de un país dependiente de la renta petrolera. Además, uno de los cambios más importantes contemplados por Peña Nieto es la reorganización del sistema impositivo.
Adicional a esto, el presidente Peña se ha comprometido a luchar contra uno de los problemas crónicos que México ha tenido durante siglos: una abismal desigualdad de ingresos por la que el 10% más rico gana 19 veces más que el 10% más pobre.
En esencia, la idea de elevar los impuestos a las clases de altos ingresos no es una gran sorpresa, dado que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha repetido constantemente que cualquier propuesta hará pagar más a los que más tienen.
Ahora bien, excluyendo los ingresos petroleros, México apenas recaudó el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en impuestos el año pasado. Eso supone una de las tasas más bajas del mundo, incluso por debajo de países más pobres como El Salvador o Tailandia. Y es esa situación la que busca cambiar la reforma «hacendaria», incrementando los ingresos federales en al menos 4 puntos del PIB, unos 49.000 millones de dólares adicionales al año.
También se podría aliviar la enorme dependencia del gobierno federal de la renta conseguida por la exportación de crudo, que ahora aporta un tercio del presupuesto, haciendo al país muy vulnerable a los posibles cambios bruscos de los precios internacionales del petróleo.
En sí la propuesta del gobierno busca elevar el impuesto de la renta para individuos que ganen más de 60.000 pesos al mes, aunque las cifras finales podrían cambiar.
Se crearían nuevos rangos impositivos para los altos ingresos y la tasa máxima pasaría del 30% para este año al 37% para aquellos que ganen más de 500.000 pesos al mes, informaron las fuentes.
En el transcurso del tiempo, los gobiernos mexicanos han medido la posibilidad de generalizar el impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicamentos, actualmente exentos; y es para este año que el PRI (la mayor fuerza política en el Congreso aunque sin mayoría absoluta) tomó la decisión histórica de eliminar de su programa político la prohibición explícita de apoyar tal medida.
El IVA actualmente cubre el 30% del consumo total y sus cambios probablemente sean un asunto mucho más controvertido. Por eso, Peña quiere introducir un elemento de progresividad en su propuesta, manteniendo una canasta básica exenta de cualquier impuesto para proteger a los bajos ingresos.
Manlio Fabio Beltrones, jefe del PRI en la cámara baja y una de las figuras más influyentes del partido, comentó que la subida de impuestos a las clases altas y la generalización del IVA, manteniendo una canasta básica, tendrá un apoyo mayoritario dentro del PRI.
El gobierno también pretende que los estados y municipios recauden más impuestos locales. Con la reforma, las transferencias federales dependerían más estrechamente de la recaudación por parte de las autoridades locales de sus impuestos propios.
Fuente: online.wsj.com