Hace un par de semanas, mucha gente rodeó a Steve Ballmer después de lo que probablemente fue su última reunión con analistas como presidente ejecutivo de Microsoft Corp. Pero una pequeña multitud también se formó alrededor de otro hombre: John W. Thompson.
El integrante independiente líder del directorio de Microsoft encabeza el comité encargado de encontrar al sucesor de Ballmer. La atención que genera resalta su papel fundamental en el proceso de reclutamiento que podría moldear el futuro del gigante de software por años. Quienquiera que suceda a Ballmer será el primer presidente ejecutivo que no sale del equipo inicial que lideró el gigante tecnológico.
Además, Thompson también necesita reconstruir la desgatada relación de la compañía con Wall Street, una tarea que no será fácil. Algunos analistas culpan a miembros de la junta de Microsoft por apoyar muchas de las medidas de Ballmer que terminaron perjudicando el precio de la acción, incluyendo un acuerdo de US$7.000 millones para comprar el negocio de teléfonos inteligentes de Nokia Corp.
Thompson, un experimentado ejecutivo de la tecnología de 64 años, tendrá que convencer a los críticos de que tanto él como los directores externos no aceptarán a ojo cerrado las opiniones de Bill Gates, el legendario presidente de la junta, cofundador y mayor accionista individual de Microsoft.
«Respeto mucho a Bill», dijo Thompson en una entrevista reciente. «Pero no acepté el puesto en la junta directiva o el papel de director independiente líder para ser su peón».
Thompson no quiso ofrecer detalles sobre la búsqueda interna y externa de Microsoft de un nuevo líder. Pero es rápido en cuestionar una de las teorías más populares sobre el sorpresivo anuncio de la partida de Ballmer: que la junta intentaba calmar la agitación creada por el accionista activista ValueAct Capital Management LP y otros inversionistas. «Eso no influyó en lo más mínimo», aseguró Thompson.
Por el contrario, agregó, Ballmer llegó a la conclusión de que una reestructuración tomaría entre cinco y siete años, lo cual es más de lo que quería quedarse; un cambio de presidente ejecutivo en medio del proceso no ayudaría.
«Le doy a Steve mucho crédito por decir, ‘mire, aunque puede que este no sea el mejor momento para hacer esto desde el punto de vista global, es, de hecho, el mejor momento para la salud a largo plazo de Microsoft'», dijo Thompson.
La candidatura de Thompson fue atractiva para la junta debido en parte a que había sido tanto competidor como colaborador, dijo una persona cercana al directorio. Algunas personas que lo conocen dicen que sería un presidente ejecutivo idóneo para Microsoft, aunque también dudan que aceptase el cargo. Su respuesta a esta sugerencia en un e-mail fue: «¡NO!».
Durante 10 años, Thompson fue presidente ejecutivo de Symantec Corp., una empresa de software de seguridad y protección de datos. Bajo su liderazgo, los ingresos de Symantec se multiplicaron por 10, de US$593 millones en 1999 a US$5.900 millones en el año fiscal 2008. Su gestión incluyó la controvertida adquisición en 2004 de Veritas Software Corp. por US$13.500 millones. La compra fue inicialmente rechazada por sus compañeros en la junta directiva.
Desde que renunció en abril de 2009 a Symantec, parecía que se había retirado de los círculos tecnológicos, pero un año más tarde sorprendió a sus amigos al asumir la presidencia ejecutiva de Virtual Instruments Inc., una empresa de Silicon Valley de rápido crecimiento que ayuda a monitorear el desempeño de sistemas de computadoras corporativas y en la que él había invertido.
Uno de los pocos afroamericanos prominentes en la industria de la computación, Thompson pasó más de 25 años, antes de irse a Symantec, en International Business Machines Corp., donde ocupó una serie de puestos que incluyó la gerencia general de IBM Americas.
Amigos y colegas dicen que las habilidades de Thompson en liderar discusiones lo hacen un director muy valioso. La junta de Microsoft ha abierto algunas veces debates intensos, dice una persona al tanto, pero Thompson desvía las peleas divisorias y expresa sus propias opiniones «con una calma que ayuda a la gente a conservar la compostura».
Otra persona que lo conoce bien dice que Thompson no tendría problema en resistirse a Gates si se produjera un enfrentamiento sobre la selección del próximo líder.
Lograr que se uniera a la junta directiva en febrero de 2012 requirió «el esfuerzo de reclutamiento más prolongado en la historia de los directores de Microsoft», dijo una persona al tanto del proceso.
Thompson dice que fue contactado por Microsoft por primera vez en 2008, tras conocerse que dejaría la presidencia ejecutiva de Symantec. Pero en esa ocasión rechazó la oferta, porque planeaba quedarse como presidente del directorio de la empresa por un año, que luego se convirtieron en dos.
Después de ese plazo, volvió a ser contactado por Microsoft y esa vez sí aceptó. «Sería un gran lugar para hacer un gran aporte», asegura haber pensado en ese momento.
Fuente: WSJ