Microsoft se prepara para emprender otra ruta

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Con el sorpresivo anuncio de que pronto se jubilará y renunciará a Microsoft después de tres décadas, el presidente ejecutivo Steve Ballmer le dejará a su sucesor la enorme tarea de resucitar una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo, asediada ahora por competidores en todos los frentes.

Junto con Bill Gates, su amigo de la universidad y fundador de Microsoft, Ballmer posicionó a la compañía como una máquina generadora de ganancias cuyo sistema operativo Windows seguirá operando en casi todas los 305 millones de computadoras personales que se venderán a nivel global este año, según estimaciones de Gartner una firma de investigación de mercado. Pero si se combinan las PC, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos que se conectan a Internet, Windows figurará en apenas 15% de todos los aparatos computacionales, debido al ascenso de rivales como Apple.

Los inversionistas celebraron la noticia de la salida de Ballmer, de 57 años, propiciando un alza de 7% en las acciones de Microsoft, que el viernes cerraron en US$34,75 en el Nasdaq.

Desde el punto de vista financiero, Microsoft sigue siendo un gigante: generó casi US$78.000 millones en ingresos en el año fiscal concluido el 30 de junio, lo que significa un ritmo promedio de US$150.000 en ventas por minuto. La jugosa ganancia de la empresa, que ascendió a US$21.860 millones el año pasado, sigue siendo la envidia de la mayoría de las compañías.

Bajo el liderazgo de Ballmer, la compañía logró mantener a raya muchas amenazas, incluyendo la del software de código abierto que Ballmer calificó en una ocasión como un «cáncer». También ayudó a Microsoft a recuperarse del golpe que recibió de los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos de dividir la empresa.

No obstante, Microsoft obtiene casi todas sus utilidades de tres productos —Windows, Microsoft Office y software relacionado para operar en computadoras de empresas— que dependen mucho de las ventas de PCs con Windows. Otros productos, como la consola de videojuegos Xbox y el motor de búsqueda Bing, no son rentables o generan ganancias marginales.

Ejecutivos dentro y fuera de Microsoft indicaron que desde hace tiempo era necesario un cambio de liderazgo. Fuentes al tanto de las deliberaciones de la junta señalaron que los directores han estado buscando un posible sucesor por años.

Pero estas fuentes destacaron que es difícil encontrar un reemplazo adecuado que pueda liderar una empresa tan extensa que solo ha tenido dos presidentes ejecutivos en su historia. Gates ha vendido buena parte de su participación en Microsoft, pero sigue teniendo más influencia sobre la composición de la empresa que cualquier otra persona. Microsoft informó que buscará al futuro líder dentro y fuera de sus filas, mientras Ballmer completa otros 12 meses como presidente ejecutivo.

Se prevé que Microsoft considere seriamente a Paul Maritz, ex ejecutivo de Microsoft que ahora dirige la firma de tecnología empresarial GoPivotal Inc., y Stephen Elop, el jefe de Nokia que antes lideraba la división Microsoft Office. Los potenciales candidatos dentro de Microsoft incluyen a Tony Bates, ex presidente ejecutivo del servicio de llamadas por video Skype, y Satya Nadella, quien ha recibido aplausos por hacer que el software de Microsoft para operaciones administrativas sea más compatible con la web. Ninguno respondió a pedidos de comentarios.

El sucesor de Ballmer enfrentará la tarea de recuperar la innovación que transformó a Microsoft de una idea descabellada concebida en un hotel en Nuevo México en una empresa de las mayores empresas del mundo.

Observadores dicen que el próximo líder de Microsoft debería descartar la estrategia de Ballmer de aislar las franquicias de la empresa. Por ejemplo, para proteger su imperio Windows, Microsoft se ha negado a ofrecer Office en dispositivos que no funcionan con su sistema operativo, como el iPad. La decisión ha creado enfrentamientos dentro de la compañía, y le ha costado a la empresa una nueva generación de usuarios.

La renuncia de Ballmer traza una línea divisoria entre la primera generación computacional y la que aún se está configurando. Los pioneros tecnológicos como Apple, el fabricante de chips de computadora Intel e International Business Machines ya han nombrado nuevos líderes en años recientes.

 

Fuente: The Wall Street Journal

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