Luego de la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (B.C.E.) realizada este jueves, la prensa centró su atención en la decisión que el presidente Mario Draghi tomó; donde se le informó a los mercados que las tasas de interés se mantendrán en los niveles actuales o por debajo de ellos durante, por lo menos, un año.
La decisión de Draghi fue lo suficientemente significativa para elevar las expectativas del mercado de una política más expansiva y para lograr provocar un descenso de los rendimientos (los que presentaban un problema para el B.C.E.) en los mercados de bonos de la eurozona.
El presidente del B.C.E., en sus declaraciones, dejó en claro que el «reciente ajuste en las condiciones mundiales de los mercados financieros» y «las incertidumbres relacionadas» son las razones que fundamentan su nueva inclinación expansionista.
El B.C.E. busca convencer a los mercados de que los próximos movimientos de las tasas de interés en la eurozona muy probablemente sean a la baja en lugar de la alza. Tras estas declaraciones los rendimientos de los bonos de la eurozona cayeron y los costos del endeudamiento en la zona euro declinaron.
El temor en este momento es que ocurra una eliminación anticipada de la liquidez en los mercados estadounidenses por parte de la Fed, donde se mantendrá en alza los rendimientos de los títulos del Tesoro estadounidenses, comenzando así a presionar al alza a los rendimientos de la eurozona. Si esto llegara a ocurrir el B.C.E. se volvería más agresivo en su esfuerzo por mantener bajos los rendimientos.
La Fed tendrá una influencia aún mayor sobre la política de la eurozona, no solo porque el BCE ha anunciado sus proyecciones, sino porque también se ve forzado a reaccionar a la reducción del estímulo de la Fed al asegurar a los inversionistas que la política monetaria de la eurozona seguirá siendo expansiva.
Fuente: online.wsj.com