Grecia y sus acreedores entran en detalles para alcanzar un acuerdo

Grecia y sus acreedores iniciaron este martes 48 horas de intensas as negociaciones para poner a punto el ansiado acuerdo que evite una peligrosa suspensión de pagos de Atenas el 30 de junio.

Este desenlace, alcanzado al cabo de cinco meses de infructuosas negociaciones, se alcanzó el lunes después de que Atenas presentara un paquete de reformas y ajustes a sus socios de la zona euro, que se reunieron de manera extraordinaria en Bruselas.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 19 países miembros de la zona euro, reunidos tras un encuentro de sus ministros de Finanzas en Bruselas, aceptaron estas propuestas como base, las aplaudieron como «un paso adelante positivo» de cara a un acuerdo esta semana. Sin esperar, las negociaciones técnicas comenzaron en Bruselas.

«Estoy convencido de que vamos a encontrar un acuerdo», dijo el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, este martes en declaraciones a una radio francesa, agregando que «los parámetros del acuerdo están elaborándose». «Necesitamos un acuerdo de aquí al final de la semana y estamos muy cerca; las próximas 48 horas serán decisivas», dijo por su parte el portavoz del Ejecutivo griego, Gabriel Sakellaridis.

El paquete de medidas de Atenas, que esperaban las instituciones acreedoras la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para dar el aval al desbloqueo de los 7.200 millones de euros que necesita para pagar al FMI el 30 de junio, incluye numerosas concesiones en materia fiscal y de reforma del sistema de pensiones.

Sin embargo, de aquí a que se cierre un acuerdo y se desbloquee el dinero que Grecia necesita, el proceso será no obstante muy laborioso. Esto bajo la presión de la caída de los depósitos en los bancos griegos que llevaron este martes al BCE a elevar por cuarta vez en menos de una semana el tope de una línea de financiación de emergencia.

Los negociadores griegos deberán afinar con las instituciones todos los detalles técnicos, antes de presentarlos a los ministros de Finanzas de la zona euro que se reunirán el miércoles por la tarde.

Si todo va bien, dicho texto será luego presentado en la cumbre de la UE prevista el jueves y viernes en Bruselas, para que los jefes de Estado y de gobierno den su beneplácito.

Inmediatamente, el texto deberá ser ratificado por varios Parlamentos, entre ellos el griego y el alemán, de forma que el 30 de junio Atenas tenga dinero para saldar los alrededor de 1.500 millones de euros que debe al FMI.

– El gobierno griego en posición difícil –

La aprobación del acuerdo, que algunos critican ya en Grecia como una nueva cura de rigor, se anuncia complicada en el Parlamento, donde el partido de izquierda Syriza y sus aliados de la derecha soberanista tienen una mayoría de 162 diputados de 300.

La formación del primer ministro griego, Alexis Tsipras, no ha dejado de hacer campaña sobre el fin de la austeridad impuesta desde 2010, pero en sus propuestas del lunes figuran numerosas concesiones, como una fiscalidad más rigurosa y una supresión de la prejubilación a partir del 2016.

Este martes, el propio portavoz del Ejecutivo, Gabriel Sakellaridis, advirtió de que el gobierno se juega su supervivencia. «Si el acuerdo no recibe la aprobación de los diputados de la mayoría gubernamental, el gobierno no podrá continuar», declaró a la cadena MEGA.

Al mismo tiempo, el portavoz incidió en la necesidad de abordar seriamente la reestructuración de deuda que pide Grecia, una cuestión sobre la que los dirigentes europeos, y en particular la canciller alemana, Angela Merkel, se mostraron el lunes especialmente evasivos. «El primer ministro ha puesto sobre la mesa la cuestión de la solución de la deuda», que este año alcanzaría el 180% del PIB. «Hay que afrontar la cuestión, no pueden esconderse», dijo Sakellaridis.

La deuda griega, considerada insostenible, es uno de los principales reclamos de Atenas. «No se puede descartar que el gobierno griego retire sus concesiones si no se hacen promesas sobre una futura reestructuración», estimó Jennifer McKeown, economista de Capital Economics.

Fuente: AFP

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